¿Y por qué no ponemos las puertas de Moria? Esta fué la pregunta que le hice a mi mujer cuando no sabíamos que hacer con el gran espejo que tenemos en la entrada del piso. Lógicamente la respuesta fue un sí rotundo.
Pues nada, dicho y hecho, una semana después estaba decorado el espejo.
Lo primero que hicimos, bueno, mi mujer, fue dibujar las Puertas de Moria para poder cortarlas después en vinilo para después pintarlo en el espejo. Una vez dibujadas, cortadas en vinilo y numeradas nos pusimos manos a la obra para colocar los vinilos, unos 11. Ya colocados retiramos el vinilo que nos sobraba para poder pintar. No está de más que diga que los vinilos eran para utilizarlos como máscara. Posteriormente le dimos con barniz al agua.
La imagen anterior está sacada de una página de dibujos de Tolkien llamada Anarda.
Ahora os cuento la anécdota de porqué elegimos barniz al agua como «pintura». Cuando hicimos el taller, lo forramos de madera para que fuera mas acogedor. Pues bien, cuando lo barnicé se ve que no lo hice muy bien ya que algunas gotas de barniz cayeron en la ventana. Cuando mi mujer vió el efecto del barniz en el cristal dijo que tenía el mismo efecto que si hubieramos pintado un cristal al ácido. Pues si, es verdad daba esa impresión, con la ligera diferencia que el barniz, si no te gusta, lo puedes quitar. Y hasta aquí el momento anécdota del barniz.
Aqui debajo teneis como quedó el espejo, a nosotros nos encanta y a muchos de nuestros amigos también. La verdad es que llama muchísimo la atención y es lo primero que se ve al entrar en casa.