El 25 de Junio de 1876, Alexander Graham Bell hizo una demostración del prototipo de su nuevo invento, el teléfono y es de este aparato del que os hablamos hoy.
No entraremos aquí en una explicación de quién inventó realmente el teléfono y las razones por las que Antonio Meucci (que había comenzado el proceso de su patente años antes) y Elisha Gray no llegaron a patentarlo antes. El hecho es que la patente fue concedida a Bell el 7 de Marzo de 1876.
Bell tenía grandes conocimientos de acústica y modulación de la voz ya que su madre y esposa eran sordas, y su padre, abuelo y tío eran logopedas.
Durante muchos años enfocó sus esfuerzos en el intento de transmitir sonidos a través de medios eléctricos.
En 1874 mientras trataba de desarrollar un telégrafo armónico, su ayudante Thomas A. Watson descubrió que podían transmitir más de una nota utilizando membranas de hierro impulsadas por electroimanes. Bell vio enseguida las posibilidades que ésto les ofrecía y empezaron a desarrollar un nuevo aparato para transmitir la voz.
En 1875 construyeron el primer modelo (que vemos en la foto de la izquierda) que realmente no llegó a funcionar.
Tras algunos experimentos y modificaciones, incluyendo una membrana de hierro algo más fuerte, o un transmisor líquido, Bell decidió patentarlo (aún sin tener muchos detalles del invento) al ver que era viable, (aunque con resultados bastante discretos).
El 7 de Marzo de 1876 se le concedió la patente y volvió a los experimentos y sólo tres días después, el 10 de Marzo, consiguió transmitir las primeras palabras a su ayudante que se encontraba en otra habitación.
Esta página de su cuaderno de laboratorio deja constancia del acontecimiento:
Diario de laboratorio de Graham Bell. Dia 10 de Marzo de 1876.
«Entonces grité en M [la boquilla] la siguiente frase: ‘Sr. Watson – venga aquí – quiero verle». Para mi deleite vino, y declaró que había oído y entendido lo que dije «.
La demostración que se realizó en la Exposición Universal de Filadelfia, dio a conocer el invento en todo el mundo y la noticia acaparó la prensa de la época.
El 26 noviembre de 1876 se realiza la primera conversación telefónica entre las ciudades de Boston y Salem, Massachusetts, a una distancia de 26 kilómetros.
Uno de los dos teléfonos que se utilizaron en esa ocasión se encuentra en el museo Nacional de Historia Americana (Smithsonian).
Consistia en un diafragma de hierro, dos electroimanes y un imán permanente en forma de herradura.
Según la descripción del propio museo:
«Cuando se usa como un transmisor, las ondas sonoras en la boquilla hacen que el diafragma se mueva, induciendo una corriente fluctuante en los electroimanes. Esta corriente se lleva a través de cables a un instrumento similar, que actúa como un receptor. Allí, la corriente fluctuante en los electroimanes hace que el diafragma al moverse, produzca vibraciones del aire que se pueden oír por la boquilla. Fué una solución temporal, pero funcionó lo suficientemente bien como para ser empleado en los primeros servicios comerciales en 1877. El receptor se siguió utilizando, pero los transmisores fueron pronto sustituidos por un dispositivo de resistencia variable de carbón diseñada por Francis Blake y basado en un principio patentado por Thomas Edison.»
Y es aquí donde os presentamos nuestro trabajo.
Con la inestimable colaboración de mi padre (José Manuel Corral Rodríguez), que ha desarrollado y construido con nosotros ésta réplica y al que aquí le damos las gracias, hemos construido una réplica funcional del primer modelo comercial de teléfono.
Aunque algunos elementos han sido modificados para sustituirlos por piezas modernas (como los imanes), la apariencia externa es la misma del original.
Aquí tenéis una prueba de sonido:
Como se explica en la descripción del Smithsonian, al poco tiempo de utilizar éste modelo como emisor y receptor, decidieron adoptar el micrófono de carbono, gracias al que se oía mucho mejor.
También hemos fabricado un dispositivo (que no réplica) para utilizar uno de estos micrófonos sin la necesidad de tener dos ejemplares del teléfono.
Con un cable de 10m, para poderse alejar lo suficiente como para que no se oiga la voz al natural, sino por el propio aparato.
Podéis adquirir una de nuestras réplicas en nuestra tienda.