Hola a todos, hoy os quiero contar como restaurar un juguete en el que el paso del tiempo, y el uso dado, han dejado huella.
El otro día encontré guardado un juguete que tiene ya alrededor de 30 años y que estaba bastante viejito. Se trata de una maqueta de plástico del transbordador espacial Columbia y que siempre me gustó. Además da la circunstancia de que el Columbia es uno de los dos transbordadores destruidos en la historia de la NASA, así que me hacía mucha ilusión recuperarlo.
Cuando lo vi sabía que no iba a ser cuestión de cinco minutos restaurarlo, porque además del desgaste natural, tenía una terminación de «juguete de plástico» que quería evitar.
Aquí tenéis unas fotos para que os hagáis una idea de como estaba el aparato en cuestión.
Como veis, estaba bastante usado y es que he jugado muchísimo con este transbordador espacial. Y bueno, tampoco estaba tan imposible dejarlo como nuevo o como me gustaría que estuviera en estos momentos.
Para empezar, pues lo primero es lo primero, desmontar todo lo desmontable. La ventaja de los juguetes antiguos, es que tienen tornillos y el desmontaje fue lo mas sencillo de la restauración.
Una vez desmontado y bien guardado todo lo que fuera susceptible de pérdida, empecé con la retirada de las pegatinas y lijado de todo el juguete. Tuvo que ser lijado y con un poco de alcohol ya que la acetona y el disolvente derriten y deforman el plástico. Así que paciencia y lija en mano me puse a la tarea. Los arañazos mas profundos hubo que enmasillarlos.
Una vez enmasillado y lijado le di con una lija microfina para que quedara sin imperfecciones de ningún tipo y de paso que le quitara los arañazos que suelen quedar al lijar con una lija gruesa.
Ya con todo preparado, es decir, lijado y limpio, le damos imprimación para prepararlo para su posterior pintado y que nos muestre posibles imperfecciones que nos hayamos saltado la primera vez.
Después de darle imprimación a todas las piezas las volví a lijar con una lija microfina para dejarlo sin rugosidades y totalmente liso para ponerme ya a pintarlo.
Para pintarlo escogí pintura de carrocería de coche que compramos en una tienda especializada, cubre mucho y va muy bien para el aerógrafo.
Primero la pintura blanca ya que casi en su totalidad es blanco (y siempre es mejor empezar por los colores claros) , una vez bien cubierto después de dos manos con el aerógrafo y después de dejar secar la pintura, me dediqué al enmascarado para pintar todas las zonas que van de negro.
Tras comprobar que el negro también ha quedado bien (dos manos de nuevo) y retocados unos pequeños detalles, ya sólo quedaba hacer y colocar las calcas en lugar de pegatinas que es como venía. A mi me resultan mas auténticas las calcas, son más finas e imperceptibles que las pegatinas.
Usé papel de calcas transparentes de Testors, que aún tengo de cuando trabajaba con maquetas de trenes, se imprime con impresora de chorro de tinta y se corta a la medida deseada, pero aproveché la cortadora de vinilo y sus posibilidades, porque siempre iba a quedar mejor que hacerlo a mano.
Una vez impresas y cortadas le di con laca para que se asentase y pegase la tinta a la calca y no diera problemas después.
El esquema de pintura y calcas, lo pinté como quise yo, ya que hay varios esquemas distintos y además la maqueta no coincide exactamente con la realidad. Además como el juguete es mío, qué mejor que tenerlo a mi gusto, ¿no? Y aqui teneis el resultado de la operación de restauración de mi Transbordador Columbia con casi 30 años. Espero que os haya gustado.